El Papa considera
este encuentro un signo: “vinieron a poner en presencia de Dios, de la Iglesia,
de los pueblos, una realidad muchas veces silenciada. ¡Los pobres no sólo
padecen la injusticia sino que también luchan contra ella! Practican esa solidaridad
tan especial que existe entre los que sufren, entre los pobres, y que nuestra
civilización parece haber olvidado”.
Habla sobre la
palabra SOLIDARIDAD. Es mucho más que realizar actos de generosidad
esporádicos. Es pensar y actuar en términos de comunidad, es luchar contra las
causas estructurales de la pobreza, es enfrentarse a los destructores efectos
del Imperio del dinero.
Esa
solidaridad no responde a una ideología. Asisten al encuentro con realidades,
no con ideologías. No se puede abordar el escándalo de la pobreza promoviendo
estrategias de contención que únicamente tranquilicen conciencias. El papa
desea que “ese viento se transforme en vendaval de esperanza”, con un anhelo
muy concreto: tierra, techo y trabajo. “Es extraño pero si hablo de esto
para algunos resulta que el Papa es comunista”, pero esa es la doctrina social
de la iglesia.
Se ha globalizado la indiferencia: a mí ¿qué me importa lo que les pasa a otros mientras yo defienda lo mío? El mundo se ha olvidado de Dios, que es Padre; se ha vuelto huérfano.
En este enlace podemos ver una presentación sobre el mensaje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario