En la reunión del equipo de
migraciones en la que Esteban Velazquez nos compartía su experiencia de
convivencia en Nador, Sylvia nos animaba a compartir nuestras vivencias, y
aunque me resulte ya difícil calificar de inmigrantes a amigos como a Rashida y
Maruan, me he animado a contaros nuestra semana.
Un poco de la historia de Mambré para los que no nos conocen. En el
2009 nos ofrecieron una casa grande y nos mudamos la familia de Teresa y
Eduardo, que entonces tenían tres hijos pero ya Teresa venía embarazada de
pocos meses, y Chana y yo, con nuestros tres hijos y mi suegra que vivía con
nosotros. En Mambre vivimos en comunidad
las dos familias y abrimos la casa para
acoger y convivir con familias inmigrantes que nos llegan a través de un
programa de Caritas destinado a inmigrantes en situación de
vulnerabilidad. La experiencia de vivir
las dos familias juntas terminó cuando tuvimos que devolver la casa, pero hemos
seguido manteniendo abiertas nuestras casas y conviviendo con los inmigrantes
que Caritas nos pedía acoger.
Este martes nos avisó el proyecto
Nazaret de Caritas que llegaban el miércoles Rashida y su hijo
Maruan. A Maruan le trasplantaron un
riñon hace unos años y viene cada tres meses a sus revisiones, y se vienen
quedando o bien en casa de Eduardo y Teresa o bien en la nuestra. Como siempre nos preguntaron si podían contar
con nosotros, y como siempre una de las dos familias se ofreció, esta vez nos
cuadraba mejor a nosotros.
Acomodar la casa, agradandarla
para que donde cabemos 5 quepan 7 es ya un hábito. Es sorprendente siempre la capacidad de
nuestros hijos de ceder sus espacios y reacomodar la casa, porque es una fiesta
que vengan Rashida o Maruan, o la semana anterior Ingrid de Colombia.
Adaptar la logística es fácil,
integrar en nuestra vida cotidiana a Rashida y Maruan es ya casi como cuando
llega un familar o un amigo. Rashida
creo que se siente en su casa, nos vamos siguiendo nuestras vidas de vez en
vez, compartimos sueños y problemas.
Maruan, que lo mismo juega al futbol con Ignacio, a los click con Raquel
o a la wii con Roxana, creo que disfruta como disfrutan mis hijos.
El jueves al regresar del médico,
la buena noticia: Maruam está perfectamente
de su análisis, y su milagro (que una sanidad pública andaluza ha ayudado a
hacer realidad) siempre nos hace recordar a Younes. Nos alegramso con Rashida y le vemos crecer
de trimestre en trimestre y su sonrisa contagiosa lo llena todo como siempre.
“Pero papá, cual es el Dios de verdad, el nuestro o el de
Rashida”. después de media hora de
preguntas de uno de mis hijos en la cena de viernes a Rashida sobre el velo que
lleva siempre, sobre cómo va a a la peluquería, sobre cual es su Biblia o si creen
en Jesús. Desde luego después de conocer
a Rashida, Maruan, Soraya o Younes no le sorprende cuando le explico que “es el
mismo, hija, es el mismo Dios”
Tiene razón cuando decía hace dos
semanas el Papa que Jesucristo nos llama a acercarnos a los inmigrantes y
refugiados hoy. Porque en ese encuentro
nos saca de nuestra rutina y de nosotros mismos, nos abre a otros mundos y nos
hace sentir que acogemos pero también nos sentimos acogidos, damos pero es
mucho más lo que recibimos.
Nos despedimos el domingo en Santa Justa, esta vez ya hemos sacado agenda y aceptado la invitación de ir a Oujda, donde viven Rashida y Maruan, su esposo y sus otros dos hijos. Nos volvemos entonces a acordar de Esteban Velazaquez, podríamos cruzar el estrecho a Melilla, ver a Esteban en Nador y seguir hasta Oujda.
Gracias por compartir vuestra vivencia y vuestro compromiso. Supone un llamada a la comunidad a salir de sí y de vivir hacia afuera. Mil gracias de nuevo
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