miércoles, 5 de febrero de 2014

ECOS DEL ENCUENTRO DE MIGRACIONES CVX-E


“Espero que todas las comunidades procuren poner los medios necesarios para avanzar en el camino de la conversión pastoral y misionera, que no puede dejar las cosas como están. Ya no nos sirve una simple administración. Constituyámonos en todas las regiones de la tierra en un estado permanente de misión.” Evangelii Gadium 25.
De vuelta del Encuentro de Misión Joven y Migraciones de CVX-E os trasmito brevemente lo vivido, en el deseo de que vayamos construyendo juntos más Comunidad.
Agradecimiento. Ese es el primer sentimiento. Agradecimiento por el envío del equipo de migraciones y de la Comunidad local, por los equipos nacionales (Misión Joven y Migraciones) y las personas que han organizado el Encuentro con tanto cariño y dedicación, por los enlaces de las Comunidad en distintos lugares de España que han asistido… Gracias Señor porque no dejas de derramar tus bendiciones.
La mañana del sábado hizo visible el lema del Encuentro: “Pan partido y repartido”. Dibujamos entre todos el mapa de nuestra misión en el campo de las migraciones. Compartimos. Haydeé comenzó regalándonos su experiencia en la peregrinación “Dos Orillas”  que se convirtió en oración comunitaria que nos interpelaba desde de la frontera sur. Después cada uno de nosotros compartió la realidad de la Comunidad en los distintos lugares en relación a las migraciones: punto de partida, camino recorrido, acciones, dificultades… tuve una sensación de que se va extendiendo la sensibilidad y la respuesta, y se incorporan nuevas personas (también nuevos en la Comunidad) como enlaces y dinamizadores en las comunidades locales. Se va creciendo. Resuena nuestra presencia: CIEs, incidencia política de cara a las elecciones europeas, colaboración con las delegaciones diocesanas, empoderamiento de las mujeres inmigrantes, proyectos de empleo y apoyo escolar… Algunos pasos para encaminar nuevos sueños: proyecto Dartika en Tánger, comunidades para la hospitalidad. Mucha vida, muchos pequeños nudos en una gran red. Y una llamada: compartir más, sentirnos más cuerpo apostólico, construir más trabajo común.
El día culminó con una Eucaristía que incluyó un buen tiempo de preparación por grupos ¡qué bueno este momento de prepararnos para celebrar¡ Nuevamente pan que se parte y reparte. Y un regalo sorpresa: el concierto de Álvaro Fraile… esas canciones que son una inyección de realismo optimista, letras que suenan y resuenan mientras no se pueden para de mover los pies. Anda… levántate y anda.
 
El domingo tocaba recoger y programar. Escuchar las llamadas y organizarnos para mejor servir a nuestros hermanos y hermanas. Y finalmente, construimos una nube de palabras para resumir el Encuentro, alguna muy especial: Kayllallapy (la llamada del cántico de la vida) – con la sugerencia de sustituirla siempre que vayamos a usas la expresión “vaya marrón”-
¿Qué llevo en el corazón de forma especial? Que hay un camino recorrido que empieza a dar frutos, un nuevo impulso con nuevos rostros y presencias, más retos pero con más experiencias de cosas que salen bien y no tan bien y más comunión para afrontarlos. También la certeza de que nos llama el compromiso de hacer de nuestra Asamblea de Salamanca 2014 una oportunidad para orientarnos a la misión y que tenemos que predisponernos e ir incorporando elementos en nuestro discernimiento personal y como Comunidad Local. Y que, como siempre, no somos nosotros, sino el Señor quien dirige nuestros pasos para que el centro de nuestras vidas sea su Reino.
Inma Mercado

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