“Espero que
todas las comunidades procuren poner los medios necesarios para avanzar en el
camino de la conversión pastoral y misionera, que no puede dejar las cosas como
están. Ya no nos sirve una simple administración.
Constituyámonos en todas las regiones de la tierra en un estado permanente de misión.” Evangelii Gadium 25.
De vuelta del Encuentro de Misión
Joven y Migraciones de CVX-E os trasmito brevemente lo vivido, en el deseo de
que vayamos construyendo juntos más Comunidad.
Agradecimiento. Ese es el primer
sentimiento. Agradecimiento por el envío del equipo de migraciones y de la
Comunidad local, por los equipos nacionales (Misión Joven y Migraciones) y las
personas que han organizado el Encuentro con tanto cariño y dedicación, por los
enlaces de las Comunidad en distintos lugares de España que han asistido…
Gracias Señor porque no dejas de derramar tus bendiciones.
La mañana del sábado hizo visible
el lema del Encuentro: “Pan partido y repartido”. Dibujamos entre todos el mapa
de nuestra misión en el campo de las migraciones. Compartimos. Haydeé comenzó
regalándonos su experiencia en la peregrinación “Dos Orillas” que se convirtió en oración comunitaria que
nos interpelaba desde de la frontera sur. Después cada uno de nosotros
compartió la realidad de la Comunidad en los distintos lugares en relación a
las migraciones: punto de partida, camino recorrido, acciones, dificultades…
tuve una sensación de que se va extendiendo la sensibilidad y la respuesta, y se
incorporan nuevas personas (también nuevos en la Comunidad) como enlaces y
dinamizadores en las comunidades locales. Se va creciendo. Resuena nuestra
presencia: CIEs, incidencia política de cara a las elecciones europeas,
colaboración con las delegaciones diocesanas, empoderamiento de las mujeres
inmigrantes, proyectos de empleo y apoyo escolar… Algunos pasos para encaminar
nuevos sueños: proyecto Dartika en Tánger, comunidades para la hospitalidad. Mucha
vida, muchos pequeños nudos en una gran red. Y una llamada: compartir más,
sentirnos más cuerpo apostólico, construir más trabajo común.
El día culminó con una Eucaristía
que incluyó un buen tiempo de preparación por grupos ¡qué bueno este momento de
prepararnos para celebrar¡ Nuevamente pan que se parte y reparte. Y un regalo
sorpresa: el concierto de Álvaro Fraile… esas canciones que son una inyección
de realismo optimista, letras que suenan y resuenan mientras no se pueden para
de mover los pies. Anda… levántate y anda.
El domingo tocaba recoger y programar.
Escuchar las llamadas y organizarnos para mejor servir a nuestros hermanos y
hermanas. Y finalmente, construimos una nube de palabras para resumir el
Encuentro, alguna muy especial: Kayllallapy (la llamada del cántico de la vida)
– con la sugerencia de sustituirla siempre que vayamos a usas la expresión
“vaya marrón”-
¿Qué llevo en el corazón de forma
especial? Que hay un camino recorrido que empieza a dar frutos, un nuevo
impulso con nuevos rostros y presencias, más retos pero con más experiencias de
cosas que salen bien y no tan bien y más comunión para afrontarlos. También la
certeza de que nos llama el compromiso de hacer de nuestra Asamblea de
Salamanca 2014 una oportunidad para orientarnos a la misión y que tenemos que
predisponernos e ir incorporando elementos en nuestro discernimiento personal y
como Comunidad Local. Y que, como siempre, no somos nosotros, sino el Señor
quien dirige nuestros pasos para que el centro de nuestras vidas sea su Reino.
Inma Mercado
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