Familias acogedoras: una puerta abierta
En un mundo revuelto, teñido por
el odio, por el abuso de poder, por la falta de respeto a la libertad y a la propia vida, nos toca inventar,
modelar y soñar nuestra propia familia. Como padres, hemos ido creciendo con la
práctica, equivocándonos en muchas ocasiones y celebrando en otras nuestros
pequeños triunfos. Y nos encontramos, como todo lo bueno que trae la vida, con
la sorpresa. Esa sorpresa que nunca es casualidad sino que aquel que sueña
nuestra propia familia antes que nosotros mismos, nos pone por delante. Este año,
la CVX de Sevilla y desde el proyecto de Hospitalidad de la Compañía de Jesús,
da el paso, junto a la casa Mambré de crear una red de familias acogedoras. Y
entre ellas, Dios nos sueña como una de ellas. Se abre ante nosotros la
posibilidad de seguir creciendo, de dar un paso más en aquello que creemos como
pareja y en lo que queremos educar a nuestros hijos, el mundo es casa de todos
y la puerta siempre abierta.
Hemos tenido la suerte de compartir
como red de familias, lo que somos y
tenemos con Edith, durante un curso escolar,con Daniel, con Rashida y Maruam en sus revisiones médicas y con Soumnia y
Ayoub durante los meses de verano.
Cenas compartidas, juegos,
repartos de tareas, excursiones y reuniones familiares forman parte de este
tiempo en el que de manera natural, formamos familia aprendiendo unos de otros
y respetando nuestras diferencias. Celebraciones, preocupaciones compartidas,
bonitas conversaciones y muchas risas.
Nuestra red va entretejiéndose
poco a poco y anudando nuevos hilos que nos llevarán a mejorar acogidas
futuras. La ilusión común de compartir, el sueño de todos de un mundo mejor y
el respeto a los ritmos y necesidades de los niños y mayores que formamos la
red nos ha llevado a cumplir nuestro primer año.
Es precioso acompañar pero más
bonito aun hacerlo con otros. Se trata de dar luz, no de deslumbrar a nadie y
en esto podemos caer si no reconocemos que la red enriquece nuestro ser familia
acogedora.
Al despedirme de Soumnia en el
cambio de casa nos abrazamos y me dijo: Has sido para mí una puerta abierta.
Sin duda creo que es el deseo en este primer año como red: que seamos siempre
una puerta abierta.
Gracias Edith, Daniel,Rashida,
Maruam, Soumnia y Ayoub. Gracias por formar parte de lo que Dios nos sueña como
familia.
Ana R.
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