No puedo resistirme a compartir
la experiencia vivida en la Asamblea Extraordinaria de ratificación del
Proyecto Comunidad de Hospitalidad Mambré de CVX en Sevilla. Y no se trata sólo
de contar, sino de expresar, desde lo más profundo, cómo el Señor pasa por mi
vida, algunas veces de manera tan explícita.
El proyecto CoHo Mambré nace
porque nos sentimos conmovidos por la realidad de las personas migrantes que se
ven forzadas a salir de su tierra, expulsadas por dificultades económicas,
situaciones de guerra y violencia, amenazas a su vida por razones religiosas,
políticas, de orientación sexual…etc. Sentimos la llamada a dar una respuesta como
cristianos, seguidores de Jesús de Nazaret, y como laicos ignacianos. Llamada a
ser comunidad hospitalaria, abierta, testimonio del Reino de fraternidad que
Dios quiere, a implicarnos desde la experiencia sencilla de acoger y acompañar
rostros y nombres en el dolor y en la esperanza, y desde ahí sensibilizarnos y
sensibilizar, incidir juntos.
Todo ello se ha ido concretando
en un proyecto que tiene dos modalidades: la red de familias acogedoras y la Casa Mambré. En ambos espacios se ofrece
un lugar de encuentro, un hogar en el profundo sentido de esta palabra, que
busca acompañar ese tramo del proyecto migratorio en el que la persona necesita
redes sociales, apoyo para desarrollar todas sus capacidades, relaciones
horizontales y recíprocas nutritivas,
interculturales, interreligiosas… Y no estamos solos. Cáritas Diocesana
de Sevilla- Proyecto Nazaret y la Asociación Claver SJM nos apoyan con sus
recursos y acompañamiento técnico.
El día 23 de abril la CVX en
Sevilla hizo suyo el proyecto hilvanado por el equipo de migraciones durante
los últimos meses. Se comprometió a sostenerlo y, sobre todo, a ser su corazón,
sus brazos, sus pies. Para mí ha sido muy
emocionante. Esa llamada a las fronteras que vivimos tan intensamente en los
últimos años se acoge aquí con una dimensión comunitaria que estoy segura que
nos va a fortalecer y nos hará crecer: la
hospitalidad construye comunidad, como se decía en un cartel que nos
acompañó durante la tarde. Pero hay un ingrediente más: la Casa Mambré es una
cesión de la Compañía de Jesús, y durante este tiempo, yo he sentido que no se
trata sólo de esto (que ya es mucho) sino de que ambos cuerpos apostólicos
(CVX-Compañía) estamos iniciamos un camino de colaboración para la Misión. He
sentido claramente que nos arropaba el espacio de la PAL de Andalucía
Occidental, con todo el apoyo y el cariño de quienes reconoces cercanos y dispuestos
a escuchar y dejarse afectar, y esto ha sido un regalo para mí. Por otro lado,
nos llegan desde muy diferentes instancias y personas peticiones para formar
parte de la red de colaboradores del proyecto. Me siento contenta y también
confirmo que es saliendo de nosotros mismos, de nuestras comodidades y falsas
seguridades, cuando lo que parece imposible se puede hacer realidad.
Como enseña Ignacio de Loyola estos
momentos de consolación trato de vivirlos con intensidad y desde el
agradecimiento para afrontar con fortaleza las dificultades que seguro aparecerán.
Sé que será así porque soy muy consciente de nuestras debilidades y
limitaciones y de la envergadura de lo que hemos emprendido. Pero durante estos
meses me ha sostenido una doble convicción: que este deseo profundo que he experimentado
lo ha puesto el mismo Dios en mi corazón y que mi objetivo y mi mirada tiene
como único centro las personas con las que queremos compartir en un espacio
comunitario la Buena Noticia del Evangelio. Creo que así ha sido en todos los
que hemos estado más implicados y en toda la Comunidad. Así que tengo una gran
paz y confianza y la palabra gracias se me queda muy pequeña para
expresar lo que siento.
Inmaculada Mercado. Agente
Apostólica CVX-Sevilla. Coordinadora CoHo Mambré.
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