martes, 6 de noviembre de 2018

MI EXPERIENCIA DE EJERCICIOS EN EL PUENTE DE NOVIEMBRE

Después de que el verano pasado hiciera mis primeros Ejercicios de cuatro días en Dos Hermanas organizados por CVX, el puente de Todos los Santos lo hemos pasado en la casa de Ejercicios del Puerto de Santa María nueve personas y dos acompañantes, todos de CVX menos cuatro, que pertenecen a otros entornos ignacianos. La motivación que me llevó a apuntarme a esta tanda era la de adentrarme más intensamente en la Espiritualidad Ignaciana, una vez que en verano viví la experiencia de comunicación con Jesús, aunque inicialmente me costó encontrar el camino.
Empezamos desconectando de los asuntos que dejábamos en Sevilla y haciéndonos conscientes de lo privilegiados que éramos por tener esa oportunidad, tanto por el entorno natural como por disponer de todo exquisitamente preparado por las hermanas que llevan la casa.
Si bien los cuatro días eran de silencio, la verdad es que estuve acompañado de muchas personas de mi vida que las tuve presente, además de nuestro grupo y otro de seminaristas con los que compartimos la casa. La mayoría estábamos en primera semana y nuestros acompañantes Cayetana y Norberto nos llevaron de la mano con cariño, aclarando cada punto para llevar a cabo cada una de las meditaciones o contemplaciones que correspondían.
Se alternaban momentos de lectura y escritura en la habitación con paseos y contacto con la naturaleza que permitían percibir mejor a través de los sentidos. Alguna repetición también hice, a la manera ignaciana. Al final de la jornada, en la misa compartíamos lo que más nos había resonado y, para finalizar, un examen de todo lo experimentado. Al tercer día, ya estaba adaptado y tenía la sensación de poder continuar muchos más.
Destacaría como perlas de lo vivido: El sueño de Dios para mí, los “para” de mi vida, hacerme consciente del pecado estructural, la mirada de amor de Jesús a Pedro, el “rey eternal” y, como conclusión, que Jesús me salva por Amor. El poso que me dejan estos cuatro días es que Jesús está conmigo y que, como dice la parábola de la vid y los sarmientos, tenemos que permanecer unidos en el amor.
Mi agradecimiento a CVX por facilitarnos esta oportunidad, tanto por los medios materiales como por las personas que nos han mimado estos días inolvidables.
Joaquín R (Grupo Esperanza)

1 comentario:

  1. Un regalo en medio del ajetreo. Cuatro días de silencio y oración siguiendo el mayor tesoro que nos ha dejado la Compañía de Jesús: los Ejercicios. Cayetana y Norberto nos han dirigido y acompañado con maestría, paciencia y cariño. Los jesuitas que venían solo a las misas compartieron y aportaron mucho, y en el grupo nos sentiamos comunidad.
    GRACIAS.
    Jaime Boceta.

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